-Andando uno encuentra-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Entiendes luego de visitar tantos lugares y conocer infinidad de cosas, que este mundo transmite a través de sí mismo la reinvención al individuo. Miré tantos cerros y playas, tantas calles y edificios, que a veces recordar con exactitud cada detalle se torna difícil. Viví tormentas en un mar sin nombre que me pareció tener voluntad propia y el sol llegó a calentarme tanto la sangre que por poco hirvió dentro de la piel. Recuerdo haber pasado en muchas ocasiones por grandes agravios y llegué a sentir en carne propia el pesar del extranjero; aun así, puedo decir que me mantuve terco ante toda situación difícil. Creo que en el fondo me sostuvo en el camino el hecho simple de que estaba alegre de poder vivir cada situación, sin importar que fuese buena o mala.

-Prohibido olvidar-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Toto era el apodo del amigo de un amigo mío. Lo pude conocer por pura coincidencia un día como cualquier otro. Puedo decir que en él no solo encontré a un gran compañero, sino a un maestro que compartía mi misma edad. Fueron tantos los consejos fugases que me dio y con los que pude entender nuevas verdades, que ahora puedo darle las gracias por el simple hecho de haberme ayudado a crecer. Recuerdo que una noche mientras caminábamos por el barrio tomando aire, le comenté cierta situación que me tenía deprimido. En realidad ya no recuerdo que sería, lo cierto es que era uno de esos instantes en los que provoca cederle todo al abandono, de esos en los que ya no tenemos fuerzas ni ganas de continuar adelante. Mi amigo me escuchó dejando que yo hablase de lo que sentía y de cómo pensaba que todo era una completa pérdida de tiempo, de que el destino se empeñaba en golpearme con su ironía y su fastidiosa forma de desenvolverse. Al final me dijo unas palabras que debían ser más o menos como:

-Ejele-


Fotografía obra de VARL Photography.

La forma de ver el mundo ha cambiado.
Como lo que antes era ya dejo de serlo,
hay que mantenerse listo para cualquier cosa.
Mejor dicho, hoy decido darle la bienvenida a lo que venga.

***

-Ready pa' lo que venga-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots


Aunque el día ha comenzado siendo tan común como el de ayer y la monotonía continúa desatando bostezos constantes, siento que algo hay de distinto. Es más que la necesidad interna de no continuar siendo parte de esta secuencia repetida de acontecimientos, es realmente el presentimiento de que algo nuevo comenzará a desarrollarse dentro de cualquier momento.

-Odisea flash-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

-¿Me escuchaste?- me preguntó Ceci, la muchacha que apenas esa tarde acababa de conocer. Aún estaba sudorosa y agitada, con una botella de agua en una mano y su celular en la otra.

-Si… claro que si- le respondo entrecortadamente, todavía no he recuperado el aire y tengo la boca seca, aún así encuentro la manera de responder- Decías que ojala el video se vea bien.

-Pusheando un estímulo-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Luego de toda esa corriente de locuras y noches de embriagues, luego de playa, montaña, frío, calor, infinidad de almohadas, después de que mis parpados ya no se expanden sorprendidos por eventos sobresalientes, admito que ya estoy cansado de tanto movimiento. Se me ha hecho eterno cada día, como si se tratase de una vida entera que debo recorrer desde que comienza la mañana hasta que cubren las estrellas. Ya no veo nada igual que cuando tomé conciencia de mí mismo, quizás transmuté en un espectro que no solo experimenta la realidad sino que va más allá de ella. Hoy ya he cantado a la desesperación, he comido del plato de la hambruna, reído mientras ocurren momentos difíciles, he creído en alguna mentira luchando porque ésta cambie a ser su antónimo. En este momento mi tranquilidad no se basa en factores externos, tampoco internos, simplemente me doy cuenta de que he llegado a un punto muy curioso.

-De la tragedia del que palpita-

Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Ya lo he pensado bastante y me doy cuenta de que es muy triste tener que cargar historias adversas en la memoria. Pareciera que esos segmentos son necesarios y comprenden una gran parte de nuestra existencia. Yo quizás nunca deje de creer en que las tragedias más sufridas  no son aquellas desdichas que experimentaban los personajes griegos de la antigüedad; para mí la sepultura de un romance, el exterminio de un idilio entre dos enamorados, es la peor de todas las desgracias. Peor aún si ambos individuos se amaron con locura, ese sentimiento se vuelve veneno cuando ya ha pasado el tiempo y se rememora el recuerdo de aquellos momentos de pasión. El amor es así y acepto que de él he llegado a hablar bastante. Quizás mi corazón se ha cansado de anhelarlo tanto que ha llegado al punto en el que solo lo siente a través de reminiscencias.

-En honor al pincel-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Para aquellos jóvenes que aún no lo sepan, Nicolás Montebello nació en Upata en el año de 1963. La verdad siempre lo conocí como Nico así que de esa forma también lo llamaré en esta nota de prensa que me han pedido hacer en honor a él. Yo lo vine conociendo en Caracas cuando visitaba una exposición de Reverón que se exponía por esos días. Fue una curiosa coincidencia que terminase conociendo a una joven promesa en el mundo artístico que se abría paso con nuevas tendencias muy originales. Era alguien igual que yo, lleno de cosas que demostrarle al mundo, con mirada alegre y siempre con algún libro en el morral. Eso último lo caracterizó siempre: leer era, según él mismo decía, un método perfecto de agrandar la imaginación.  Quizás por eso era como era, los libros terminan por hacer despegar de la tierra a aquellos que poseen un alma soñadora. Se mostraba carismático, amable, extrovertido, siempre con algo interesante de que hablar.

-Bobadas enlistadas-


Fotografía obra de VARL Photography.

A través de todo este tiempo he podido entender algunas cosas que confieso he tomado como mis propios principios. Sin embargo, estos se tornan tan personales que compartirlos seria dar un poco de mí mismo. Aquello que si puedo comentar sin ningún remordimiento, son esas enseñanzas que me traspasaron tantos momentos vividos. Por supuesto vale la pena aclarar que no son muchas en realidad, esto debido a que mantengo la idea de no dar nada por hecho. Solo espero que sean tomadas en cuenta, no como grandes descubrimientos, sino como lo que realmente son: invenciones de una mente obstinada. Siendo así, aquí van: