-Poco de mucha modernidad-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Primero que todo: ¡Que viva la noche! Ese es el principio fundamental por el que se rigen nuestros instantes de gloria. Ahora mismo en todo el mundo se vive una fiesta; una que no pretende terminar sino hasta que el cuerpo aguante. Suena el bajo que coloca en sincronía a los corazones de aquellos a los que llega su efecto, aparecen las luces de colores que guían a los ojos centellantes que las reflejan, se respira humo de algún cigarrillo fugaz, se escuchan risas y gritos estridentes, se siente que el momento es lo único importante en nuestra vida aunque muy en el fondo de nuestra conciencia sospechemos que acabará pronto. Todas esas cosas son el resultado de nuestra época, de la idiosincrasia que mantenemos viva como a un fuego que no queremos apague.

-El peso de Poz-


Fotografía obra de Celso Emilio Vargas Mariño.

Resultaría ser un miércoles el día en que yo nacería en esta ciudad, Puerto Ordaz. Llevado siempre de la mano por palabras claves como hierro, aluminio, calor, Caroní, Orinoco, Cachamay, Llovizna, calipso, empresas básicas, urbanismo, etc. Éstas se han mantenido vigentes durante el desarrollo de mi vida y siento orgullo al declarar constantemente mi amor hacia esta tierra. Desde pequeños nos enseñan a querer y valorar lo nuestro, quizás yo fui muy exagerado en cuanto a ésta idea pues hoy termino por concluir que solo a este sitio podría llamar hogar.


-Recluso enciclopédico-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

El sol sale y se oculta como si el acto del día  no significase gran cosa. Al menos así le parece al preso al que denominan los guardias como «Número 33». Ya ese sol distante parece de un mundo al que él no pertenece, su condición lo ha llevado a pensar que ahora habita en una dimensión paralela a la que se mantiene en movimiento afuera de los límites del penal. Intenta en lo posible no reparar en ese tipo de conclusiones a las que la depresión, el encierro  y el desespero, lo hacen llegar. Lo único en lo que realmente piensa constantemente es en lo que haría de salir en cualquier momento de esas 4 paredes que lo rodean y vigilan como centinelas.

-Unos, otros y muchos más-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Tengo clara la diversidad inmensa que existe, esa que divide a cada individuo y que lo transforma en un en un universo entero. He visto seres alegres que aprecian cada detalle que por sus ojos pasen, esos que intentan evitar la tristeza con cualquier excusa porque no quieren desperdiciar su tiempo con ese tipo de tonterías. También he visto a sus antónimos, a los que la pena les embarga hasta la última sonrisa; tienen excusa valedera para ser así, o simplemente es su propia naturaleza la que los invita a darle apatía a todo goce.

-Brindo por eso-


Fotografía obra de Alejandro Hernández.

La olvidé cuando me encontraba solo; la vi pasar lejos cuando aún estaba preso; la abracé como nunca cuando acepté ser feliz; era ella: la Libertad.

-Esa city-

Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Desde arriba, desde el balcón, he logrado ver  todo con claridad:


-El Fanzine que llegó-


Fotografía obra de Celso Emilio Vargas Mariño.

Te presento este Fanzine titulado «Acua-Linearis». Su nombre recae en su propia constitución. “Acua” por acuarelas, debido a que sus imágenes fueron realizadas utilizando este material. Y “Linearis”, que es una palabra que representa los textos que se incluyen. Gracias a todos los que de alguna manera influyeron en la creación de estos garabatos, anhelo que a ti también te gusten.


- Diálogo en la barra-


 Fotografía obra de VARL Photography.

Aunque la música estaba alta, en el bar aún se podía conversar. Zara fue la que le habló primero a su amigo Lalo:

-Lo que quiero que me expliques es ¿Qué es lo que tú quieres?

-Eso es simple: lo único que quiero es empezar de nuevo, que llegue el final de toda esta situación que he llevado hasta ahora- respondió Lalo.

-¿Y crees que esa es la verdadera solución?

-Papelón con limón para la espera-


Fotografía obra de Alejandro Hernández.

Lo que sí deseo fervientemente, es que alguien logre definirme con exactitud lo que representa un “peón”. Porque sí, para los que no lo sepan, en esta época en donde pareciera que ese tipo de términos ya fueron dejados atrás, estos aún son utilizados con el mismo enfoque despectivo de siempre. Quizás no sea así en las grandes ciudades, en donde la modernidad ha superado infinidad de tontos prejuicios, pero sí en los pueblos más fieles a los convencionalismos de antaño. Tal es el caso de éste en donde yo nací, en donde yo tuve la mala fortuna de nacer. No digo esto último por razones triviales como las diminutas dimensiones del lugar, en las que se conocen desde el perro callejero de la plaza hasta el alcalde. Tampoco por el hecho de que todos los días transcurran exactamente iguales y la monotonía grite en las calles con su silencio desesperante. Lo digo por la vida misma que reside en el espacio. Por la concepción que tienen los habitantes sobre cosas subjetivas como lo correcto o lo incorrecto, la impresión que unánimemente se posee sobre lo que significa una vida ideal, o el tema que a mi parecer llega a rozar con lo ridículo: la interpretación obsoleta de los estratos sociales. Pues la cosa es que, por motivos del destino, yo toqué en este rango bajo el calificativo grosero de “peón”. Todo por no poseer mayores riquezas visibles que las que gano con mi sueldo de obrero.

-Lo que por Ella siento-


Fotografía obra de Celso Emilio Vargas Mariño.

Reconozco que este tema en particular me es bastante difícil de expresar, por eso solo me atrevo a relatarlo a través de esta carta que pareciera la salvación ante mi propia timidez. Así soy, complicado para expresar sentimientos, aunque adentro se viva un huracán. Sin embargo, todo en esta vida debe cambiar, para mal o para bien, así deben ser las cosas. Por eso hoy he decidido romper las barreras de miedo que aprisionan este corazón, esas que ya no pueden contener el sentimiento que ansía desbordarse. Yo no sé si de verdad habré enloquecido de tanto soñarte, de tanto pensar en tus ojos que me hacen sonreír cuando estoy solo, pero ya pude reunir el valor suficiente para exteriorizar ésta confesión que me libera. Quiero simplemente que entiendas que para ser feliz necesito de ti. Mejor dicho, que para vivir necesito de ti.

-Bastante de drama para variar-


Fotografía obra de Celso Emilio Vargas Mariño

La madrugada está en pleno transcurso y yo solo intento despejar tantos pensamientos. Los dolores de cabeza van y vienen, últimamente  éstos han sido un mecanismo de la mente para intentar parar el hecho de que yo me vuelva loco. De repente ese hecho ya ha ocurrido y la locura que intento evitar termine siendo la cordura que mi lógica no logra ver; simplemente nada está claro. No he podido dormir bien porque el mundo de los buenos sueños me esquiva constantemente y por lo general termino en el de las pesadillas. Siempre he odiado a estas últimas, me parecen miedos almacenados que nuestra conciencia logra mostrarnos de esa forma. Quizás todo este mundo sea una pesadilla para quien lo desea ver así, pero ése es el problema, que yo no quiero. Deseo ver las maravillas que existen a mi alrededor, pero que difícil es cuando estas parecen ocultarse. Quizás se trate de saber buscar, de saber encontrar.

-1964-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

-El problema es que durante el transcurso de los acontecimientos, nadie te apoya tanto como cuando resultas victorioso. Porque allí, cuando todo sale bien, es que el mundo entero confiesa haber creído en ti desde siempre. Mientras que no sea así, muchos (casi todos) dudan de tus capacidades- le comenté a Cipriano durante aquel viaje que cursábamos.  

-¿Por qué lo dices? ¿Porque nadie te apoya o porque necesitas sentirte apoyado para hacer las cosas?- me contestó intentando hacer que yo mismo me cuestionase.