Es difícil intentar expresar todo
lo que se siente en estos momentos, no sabría ni siquiera por dónde empezar. Creo
que lo mejor es ir al grano y no darle vueltas al asunto porque la situación lo merece.
Venezuela atraviesa la peor crisis que yo haya experimentado de forma consiente
en lo que llevo de vida. No se trata solo de un problema puntual, se trata de
una variedad de factores muy grande que afectan a cada ciudadano por igual.
Todos sufrimos la pena de no tener lo que merecemos, de no vivir como
deberíamos. Nos atacan los mismos problemas
que se vienen desarrollando desde hace tiempo, porque sus soluciones que siguen
sin llegar. Con la escasez de alimentos que lastima los estómagos, con la
inseguridad que nos llena de miedo y nos niega el derecho a vivir con
tranquilidad en nuestra propia tierra. Pero también con los precios altos, con
la falta de medicamentos, con la censura y el silencio de los medios de
comunicación. Sufrimos y volvemos a sufrir por una realidad que nos pertenece,
pero que no debería ser “real”.