Idílica despedida


Fotografía obra de Víctor Alfonso Ravago.

Se supone que esto debería resultar bonito, justo como lo fue toda la historia. Ha llegado el día: tú te vas, yo me quedo, y lo que fuimos dejará de ser. Incluso está lloviendo, como si el cielo estuviese al tanto de lo que pasa acá abajo y quisiera tornar aún más melancólica la escena. Mucho que decir, pero prefiero traspasarte todo lo que siento a través de la mirada. Tampoco me sale bien, en estos momentos ni siquiera logro coincidir con tus ojos directamente. Ante situaciones como esta se entiende la ironía del destino, cómo el tiempo logra desvanecer sus propias obras, logra que dos seres que se hicieron uno vuelvan a separarse. Pienso en ello y vuelve el drama, ese que tanto evitamos en nuestro cuento, pero que ahora se cuela ante este desenlace.

-Generación 2014-


Fotografía obra de VARL Photography.

Esto es algo corto sobre la generación a la que pertenezco, esa que está en pleno crecimiento y con un destino que llevar a cabo. Somos el resultado de muchas  cosas, y por supuesto, la confirmación de que cada peldaño de la historia es único en comparación a los anteriores. Fuimos los últimos del siglo pasado en estas fronteras particulares, con la herencia placentera de pertenecer a ellas. Pero no todo recae en el orgullo de proclamar que somos venezolanos. La verdad hemos afrontado una realidad difícil, compleja, llena de trabas entre lo que tenemos y lo que queremos alcanzar. Dichos desafíos han sido cruciales en nuestro constante devenir, no es fácil luchar contra el hampa impune en las calles siendo un ciudadano común, ni contra la escasez de alimentos, la inflación desmesurada, etc. Esta es la única vida que conocemos, aquella que se va degenerando con cada día, con cada mes y cada año que pasa. ¿Entonces dónde está el futuro? Solo podría encontrarse en nuestros corazones tricolores que hoy más que nunca desean bombear esperanza.

-Conversatorio espectral-

Fotografía obra de Víctor Alfonso Ravago.

Quizás la mía sea una vida esotérica, dicha condición ha estado presente desde el comienzo. Esta vez llegó ante mí un fantasma, de esos traslucidos que no dejan dormir a nadie con sus lamentos. Arrastraba cadenas como si su alma estuviese pagando algún karma a través de la eternidad. Parecía melancólico, quizás extrañando cosas a las que ya no podía acceder debido a su condición. A pesar del miedo natural ante todo aquello, acepté sentarme a conversar con él. Pensándolo bien, todo pudo ser el desvarió de una mente con mucho tiempo libre, yo solo me limito a recordar sus palabras trascendentales:

-20 años no es un día-


Fotografía obra de VARL Photography.

Aquella juventud que nos revolcó los sentidos, ¿la recuerdas? En ella la vida estaba más viva que nunca jamás. Teníamos nuestro destino girando en la palma de las manos y no dejábamos que escapara del control invisible de cada deseo. Esas madrugadas en las que debíamos usar lentes oscuros porque parecían irradiar luz de mediodía. La euforia nos llevaba a la cima del mundo, nos hacía sentir liberación ante cualquier peso, abandonar toda agonía y experimentar al máximo la esencia vital del momento. Nada podía con la fuerza indetenible de nuestros corazones desbocados. Soñar no era solo una elección sino el único anhelo verdadero que se generaba.

- Merci pour le sourire-


Fotografía obra de Celso Emilio Vargas Mariño.

Todo lo que sigue es tu descripción desde mi conciencia. Eres como un día en el que el viento intenta explicar alguna verdad simple, de esas que no olvidarás jamás. Eres colores vivos y el blanco y negro de una fotografía antigua. Eres la mirada que se proyecta por dos soles que se disfrazan de ojos, una que esconde un universo más allá, que encierra un sinfín de misterios que yo deseo descubrir. Eres una melodía resonante con la voz seductora de algún cantante dormido, o quizás esa que suena por el bajo estridente de los sonidos electrónicos.

Eres tranquilidad de la forma más pura, sin inmutación alguna ante cualquier evento problemático o lleno de drama. Un conjunto de sueños que ponen a funcionar todo un sistema, que alimentan una conciencia hasta hacerla vibrar. Algo muy particular en ti: eres una infinidad de sitios reunidos en uno solo, como si guardases en tu interior la magnitud de todo el mundo sin dejar de pisar este pedazo de tierra. Despiertas la necesidad de conocer cuánto espacio exista, de volar entre nubes deseando no bajar, de recorrer caminos verdes y playas azules viviendo con plenitud mientras el recorrido trae renovación.

-Revelaciones de habitación-


Fotografía obra de Génesis Pérez.

Mi cuarto es un universo propio, esa nación que fundé para reunirme en algún lugar conmigo mismo. En este momento, mientras estoy acostado en la cama de dicho imperio perdido, es inevitable entrar en cierto trance inducido por tantos pensamientos fugases. Así vuelvo a encontrarme con ideas abandonadas, con sueños llenos de polvo y una  infinidad de invenciones producidas por una imaginación a la que le gusta el té de Jamaica. Todas esas cosas dan vueltas a mi alrededor, van desde este sol disfrazado de lámpara hasta el invierno engendrado por el aire acondicionado. Mi vista hacia el techo mientras imagino el cielo que está más allá de él. Ya no sé si será noche o día, mayo o noviembre, solo reconozco sentirme bien con todo lo que me rodea, como si por fin hubiese logrado entender algo. Este estado es también liberación de la mas bonita que puede haber.