Fotografía obra de Génesis Pérez
Podría contarte una historia diferente.
Una de esas que causan catarsis por la cantidad de porquería que tienen sus lineas. En las
que hay deudas que no se acaban y puertas cerradas. Con situaciones difíciles de
sobrellevar. Noches de cansancio tras días abrumadores.
Lágrimas y toda la rabia de Set tras volver del desierto. Sería una historia
que le gustaría a los haters probablemente. O a esos cínicos que no creen en
nada, ni siquiera en ellos mismos. Con frustración en los ojos y los puños cerrados. Calles ciegas, escasez
de comida y la injusta realidad de no poder cambiar la realidad.
Enciende un cigarro arrugado
Esa es la historia que podría
contarte. No me importa que pienses que no tengo ganas de seguir viviendo y que
para mi es injusto que no nos pregunten si deseamos venir al mundo.
Pausa mirando a la nada
El problema no es el mundo, quizás,
sino el mundo chiquito que es uno. El planeta que lleva nuestro número de cédula, la cicatriz de la infancia y mucho tiempo perdido en la espalda. Ese sitio en el universo que no da pie con bola sería el
protagonista. Sería el miserable papel estelar de una miserable obra que nadie
quiere ver.
Larga pausa
Pero no te contaré la historia que esperas. Estoy cansado de parecer un mártir, de que me vean con lastima. ¡Soy un guerrero! Tengo un mundo qué conquistar, qué cambiar. Por eso no caigo, por eso estas
vainas no me debilitan. Aunque no tenga plata ni para el pasaje en bus, menos
para comerme algo en la calle, yo debo continuar adelante. Porque recorro una
ciudad que parece Gotham fusionada con Sodoma y necesita ser salvada. Porque
creo en mi mamá llegando del trabajo cada noche. Porque confío en los niñitos
que vuelven del colegio, aunque estén sucios y sudados porque les gusta correr y saltar. Porque confío en mi esencia, en mi patria, en mi
cultura, en mi raza, en todas las demás razones.
Esa será la historia que te
contaré. Espero que te de valor o que al menos no te aburra. En este momento tengo la determinación
de ganar todas las guerras, empezando por la que me declaré a mí mismo. Y
matarme, renacer y dejar la melancolía y la depresión atrás. Está
bien cansarse de ser la víctima. De hablar de lo cruel que es el
mundo, de lo malvadas que son las esferas de poder y de lo inútil que será
cualquier esfuerzo por ser feliz… De hecho, estoy cansado de creer que la felicidad es una mentira para vender libros de autoayuda.
Te gustará espero. Si no, jódete
tú también. Yo buscaré nuevos logros para enmarcar y caminos verdes para
recorrer. Nuevos recuerdos bonitos también. Esa quizás sea el mejor cuento del
mundo, al que no le importa valerse de la nada para existir. Dentro de este mundo que
ya se ha vuelto tan melancólico y decadente por mera moda, esa sería la historia diferente.