Fotografía obra de VARL Photography.
Ya mis misterios se hartan otra
vez. Me exigen que los descubra sin entender que soy muy distraído. Me dicen
que no olvide que están ahí, que hay cosas que no se ven fácilmente y que aun así
nos afectan. Finalmente se cansan y vuelven a dormir. Pero esos misterios deben
recordarlo: ahorita no tengo cabeza para grandes enfrentamientos. Todos mis
esfuerzos están concentrados en lo que ya he descubierto, y como hasta ahora solo
he encontrado pasiones y defectos, tengo mucho trabajo que resolver antes de
continuar adelante.
Está la lluvia que siempre trae
calma, excepto cuando se vuelve tormenta y en tal caso nadie quiere estar presente. Está la
tierra que nos conecta a nuestros antepasados, a esas raíces que llevamos en
nuestra espalda sin darnos cuenta; a menos de que haya un terremoto y allí
tampoco nadie quiere estar presente. Lo que quiero decir (de forma muy
desordenada como tantas otras cosas) es que un mismo elemento siempre tendrá
dos caras. “Polaridades”, esa es la palabra indicada. Entonces el libro viejo
en el que me topé con ese tema, parecía explicar concretamente lo maleable que
es todo nuestro Ser. Yo mismo desarrollé la teoría de la “voluntad de chicle”
que poseemos. Es preciso volver a hablar de esto para lograr dar con que todo
dependerá de nosotros mismos, que podemos llegar tan alto como queramos, que
podemos llegar hasta profundidades increíbles al mismo tiempo.
Ésta es mi nueva inconsistencia:
tratar de ser mejor persona. Siempre miramos esos aspectos con cierto recelo,
como si tales cosas estuviesen reservadas para sabios y ermitaños. La verdad es
que incluso nosotros, los que estamos inmersos en estas enredadas metrópolis,
podemos ser parte de eventos trascendentales en nuestro interior. Tal vez solo
hace falta conectarnos con el nuevamente.
No quiero parecer nada. Quiero
simplemente continuar siendo parte de cada momento, de todo esto que me rodea y
que me hace ser quien soy. Al parecer aún queda mucho que experimentar, es
preciso entonces que yo me mantenga firme en todo el proceso. Ya llegará el
momento en el que los nuevos misterios se revelen, pero mientras tanto tengo
con qué entretenerme. Esta aventura está a medio camino, la vida en sí misma,
es un redescubrimiento.