-Prohibido olvidar-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Toto era el apodo del amigo de un amigo mío. Lo pude conocer por pura coincidencia un día como cualquier otro. Puedo decir que en él no solo encontré a un gran compañero, sino a un maestro que compartía mi misma edad. Fueron tantos los consejos fugases que me dio y con los que pude entender nuevas verdades, que ahora puedo darle las gracias por el simple hecho de haberme ayudado a crecer. Recuerdo que una noche mientras caminábamos por el barrio tomando aire, le comenté cierta situación que me tenía deprimido. En realidad ya no recuerdo que sería, lo cierto es que era uno de esos instantes en los que provoca cederle todo al abandono, de esos en los que ya no tenemos fuerzas ni ganas de continuar adelante. Mi amigo me escuchó dejando que yo hablase de lo que sentía y de cómo pensaba que todo era una completa pérdida de tiempo, de que el destino se empeñaba en golpearme con su ironía y su fastidiosa forma de desenvolverse. Al final me dijo unas palabras que debían ser más o menos como:


-Te diré una cosa que no puedes dejar pasar nunca en tu vida: la buena memoria del corazón termina salvándonos en momentos amargos. Una forma efectiva de recargar esperanzas, de renovar nuestra determinación, es recordando el porqué de nuestra lucha. Te confieso que en mi caso he soportado todo lo que me ha pasado en pro de la realización de mis sueños. Algunas personas dirigen sus esfuerzos pensando en sus seres queridos o buscando la anhelada felicidad; yo creo tener una dirección muy propia: la satisfacción de realizar cada querencia. La razón de esto es una cuestión muy simple, solo quiero probarme a mí mismo que puedo lograr cualquier cosa. Volviendo al tema de la buena memoria, hay que admitir que dicha tarea es más difícil de lo que parece, las personas permitimos que nuestra mente se nuble con demasiada facilidad. Esto es entendible porque surgen las desgracias, porque éstas no tienen contemplación y porque a veces atacan continuamente sin dejarnos descansar si quiera. Entonces recordar cual es la esencia de nuestra búsqueda es primordial para que podamos mantenernos firmes. Al final con esto entendemos y aceptamos que ningún sacrificio es en vano.

Ahí estaba Toto, queriendo guiarme en un camino del cual yo ya estaba cansado, pero que luego de sus palabras, comenzaba a ver nuevamente con esperanza.

-Gracias chamo, por eso y por todo- fue lo único que pude decir.

-Está prohibido olvidar, porque el olvido termina por consumirnos completamente si se lo permitimos.

Y no hablamos más sobre ese tema. Descubrí además aquella vez que no solo teniendo claro nuestro norte es que logramos continuar, sino también, que algunas pocas palabras logran alejarnos del martirio de las dificultades.