-Es porque te quiero-


Fotografía obra de Juan Mattey. Fuente original Flickr

Te escribo desde la distancia de mi introspección. Estoy en la región amurallada de mi mente en la que se guardan los sentimientos hacia ti. No puedo demorar mucho, la autodefensa que se me impuso por nuestra separación ya viene en camino para detenerme. Ha detectado que he vuelto a pensarte, que te he logrado colar a través de las grietas de los pensamientos que ya no deberían estar. No me importa, necesito que sepas esto.


Decirte lo mucho que te extraño no es solo traicionar lo que he hecho hasta ahora para superarte, sino también un intento aún más desesperado por lograr conmoverte. Que sientas como los días han sido un círculo interminable en donde la monotonía me persigue. Que sientas el peso de las tardes de lluvia sin compañía. Que sientas todo el amor que quedó en mis reservas, en la caja negra de mi corazón volando a punto de estrellarse.

En este tiempo he podido crecer, o por lo menos eso creo. He tenido nuevas ideas, he aprendido canciones, visto increíbles películas, tomado algunas cervezas frías; incluso he hecho ejercicio. Pero luego pienso en que solo tú entendías las ideas, que contigo me salían bien los duetos, que las películas no son tan disfrutables cuando uno las ve solo, que las cervezas no me quitan la sed; y que bueno, me da flojera hacer ejercicio. ¿Será que te extraño porque me motivabas? Creo que eras la motivación en sí misma; una fuerza extraña, alienígena, que me impulsaba siempre hacia arriba.

Entonces sigo pensando, repensando y siendo terco. No hay cosa más triste que el no saber de ti en la noche, que desconocer cómo te encuentres y lo que harás el fin de semana. Es una ausencia agridulce, admito que quizás llegues a estar mejor sin mí. Sin tanto drama, sin la discusión y el choque de egos. Aunque te confieso que incluso extraño esas cosas, lo malo. La verdad cualquier cosa era bonita cuando podía tomarte la mano y que tú la apretaras.

Volviendo al ahora, los agentes de mi mente no han llegado aún (aunque escucho mucha bulla afuera, seguro no tardarán en encontrarme). Por otra parte sí se me acaba el papel. Lo siento si en un futuro te llamo a la medianoche, si continúe pensándote hasta llegar a comunicarnos telepáticamente, si soy el fastidio más grande del mundo. Ahora solo sonrío por salirme con la mía al enviarte esto. El tiempo, la distancia, los cambios; nada ha hecho que te abandone. Los errores, lo que pasó, la manía del final infeliz; creo que lo nuestro vale más. Tú, yo; juntos. En fin, toda esta cuestión es porque te quiero.