Papelito en la maleta



Fotografía obra de VARL Audiovisual.

Dejó de llover, apenas sigue cayendo la garua y la ciudad está en su estado más vulnerable. Con carros que pasan salpicando los charcos y perros callejeros pasando frío. Con edificios nostálgicos que necesitan ser pintados y en la ventana de alguno estoy yo enviándote mensajes que espero lleguen. La cuestión es que hoy te vas del país, igual que tantos lo han hecho antes y tantos lo harán después. Te irás para siempre o para nunca y lo único en lo que puedo pensar es en las palabras correctas que puedan acompañarte.


Que te canses de los convencionalismos de la vida y que huyas de los días que no tengan historias bonitas. Que sigas soñando, ya sabes, en el sentido más fantasioso  de la expresión. Porque soñar es hoy en día un acto de rebeldía. Es la declaración de independencia y libertad que nos podemos dar en esta quimera insaciable que es esta realidad. Por eso hazlo sin querer despertar, y lucha, y suda, y llora, pero sigue soñando.

Decirte también que te encuentres al perderte en la multitud. Que te escuches a pesar de la bulla de la calle. Porque estarás más lejos de lo que llegaron nuestros papás y abuelos. Tan lejos como solo las postales han sabido explicar, en sitios distintos a la ilusión criolla que aún guardamos acá. Por eso llévate en la maleta algunas hojas de árboles que aunque se sequen continuarán teniendo la esencia vital de este suelo. Llévate piedras y conchas de mar que al olerlas te lleven a nuestro caribe. Guarda también los recuerdos que nos unen, esos que me servirán a mí para sobrevivir tu esencia.

Y de ausencia, de soledad y tristeza yo escribiré nuevos libros. Será cuando todos se hayan ido y continúe buscando entre los escombros  la esperanza sepultada de volver a armarlo todo. Tú más que nadie sabes que me volví un terco obstinado con la idea de quedarme, no porque irse sea una elección inválida, sino porque no es la mía. Al final no se trata de quien tiene la razón y quien está equivocado, al final se trata de que este tema no debería ser discutido, no debería existir. Pero es el pedazo de historia que nos tocó.

Te irás para siempre o para nunca y lo único en lo que puedo pensar es que te extrañaré visceralmente. Que lloraré en las noches intentando encontrar la forma de encontrarme contigo al dormir. Que esto es injusto, eso ya lo sabemos; que sí será un misterio si volveremos a vernos. Me quedan apenas algunos caracteres para decirte cuánto te he querido, pero eso ya lo sabes. Por eso lo único que me resta decirte es que lucharé dando la vida para que encuentres un sitio al cual volver. Para que nadie más tenga que irse.