A partir de enero comenzó el desarrollo de algo nuevo,
algo que tardó 7 meses en moldearse y que significó la razón de incontables
desvelos. Cuando finalmente concluyó la realización de esta nueva obra, surgió
la obvia necesidad de encontrarle un nombre. Luego de mucho buscar, la
respuesta terminó por llegar sola. Por fin pude saber cuál sería el nombre ideal
para este nuevo libro: «VARL». Por supuesto que hay un significado para cada letra que compone
ese sustantivo: “Vivencias Acumuladas y Regulares Locuras”. Ése sería el
misterio escondido bajo las siglas y tal denominación es la idónea para lograr
definir lo que representa esta creación. En realidad, el resultado final me gustó muchísimo,
solo espero que a ti también te agrade. Te invito pues a que conozcas esta
nueva recopilación de escritos incandescentes, de reflexiones un tanto ingenuas
y de una infinidad de incoherencias reunidas.