-Vector verde-


Fotografía obra de Alejandro Hernández.

Se genera una nueva condición gracias a este lugar. Así es Canaima, produce estímulos inimaginables. Pues bien, estas letras resultaron mientras recorría sus paisajes fantásticos.


Muchas cosas alrededor, como si el universo mostrase una composición distinta en el entorno a la cual se le debe tomar una fotografía con los ojos. Una fotografía que no se olvidará jamás porque está teñida de uno mismo aunque no aparezcamos en ella. En ese punto entre lo etéreo y lo real, entre lo palpable y esa sustancia que solo se puede sentir, es que empiezas a reparar en lo que significa para ti todo aquello.
Somos el resultado de matemáticas invisibles, de eventos y acciones, deseos inmutables al tiempo y sonrisas que lograron dejar marca. La idea de que “todo es posible” es permitida por este sistema que plantea el destino. Luego de entender dicha verdad es que descansas de tantos pesares, de todas las lágrimas del pasado y las que aún quedan por salir. Solo importa la libertad que te pertenece como humano,  que no puedes tocar pero que ahora no dejarás ir. Fuerzas extrañas germinan para impulsarte hacia adelante a través de la linea que has trazado para tu vida. Ese vector es el que eres, no hay que avergonzarse de ello, hay que sentirse orgulloso de la naturaleza que concebimos en nuestra conciencia.

Dar con la idea de liberación  en los rincones del corazón hace querer abrir los brazos para volar. Y esto último se logra, te elevas sin dejar de estar parado en el suelo que le pertenece a quien quiera ser su dueño.  Por supuesto tantas otras cosas pasan por la cabeza. Como el amor que habita en el mundo para vivir romances que hagan que cerremos los ojos, que llenen los días de inspiraciones perfumadas de frenesí. O la inspiración necesaria para lograr lo increíble, lo impensable, todas las cosas que se nos puedan ocurrir. Cualquier elemento que cruce la mente vale la pena alcanzarse, porque el miedo ya no tiene cabida en este estado de valentía incesante que surge. Aprovecharla es lo ideal, rendirle honores al salir de la casa a buscar lo que antes no se ha encontrado.

En fin, cualquier aventura podría darse ahora. Una vez se despierta una fuerza imparable como la que significa creer en cada partícula pequeña de nuestra propia constitución, es que uno comienza a ser distinto. Ahora los días serán noches cuando se quiera y las noches serán auroras porque estarán llenas de colores. Ser lo que se quiera ser sin caer en anarquía, lograr cualquier cosa sin rozar si quiera el caos. Gritar cuando se tengan ganas de gritar, bailar sin necesidad de otra música que la que suene en la cabeza. Sonreír sin razón aparente y sin que importe que quienes te rodean te miren extrañados, a ellos también les llegará su momento para actuar sin ataduras. Finalmente, tomarse el tiempo de aceptar la felicidad como algo existente, no como una utopía inventada para engañar a la raza. La felicidad es lo que tú quieras.

Cuando puedes vislumbrar tanto, cuando te sientes más atado que nunca a las entrañas de este mundo y al mismo tiempo tocando estrellas en el espacio sideral, es que puedes abrir los ojos y darte cuenta de que sigues estando en Canaima, que ya nunca te irás. En este paraíso repleto de energías que no tienen nombre. Canaima eres tú y soy yo, es todo aquello que nos diga que podemos abrir los brazos para aceptar nuestra propia grandeza. El vector verde natura lo permite.