-Autobiografía anónima-


Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots

Yo no podría llegar a mentir, por eso prefiero aceptar las cosas tal y como son: este cuento se torna a veces como una obra neurótica. Pero bueno, es necesario hablar también de cosas como esas, de lo que significan para nosotros nuestra particular existencia. Acá, por ejemplo, continúa el dramático desarrollo de cada escena efímera, de cada capítulo que consagra una nueva experiencia y hace inmortal dicha cuestión entre los trastos viejos de la conciencia. No todo es tan complejo en realidad, por lo general termino concentrándome en eventos más simples como disfrutar de cada instante respirado.


Es cierto, admito que en ocasiones no entiendo nada, ni el ayer ni el mañana. En otras tantas, no sé ni siquiera como lograr lo aparentemente lograble, como encaminar mis pasos hacia el espejismo propuesto por la libertad. Al final del día entiendo que solo importa aquello que el corazón perciba, todo lo demás es lo que realmente entra bajo el contexto de ilusión.

Aquí llega la parte tan esperada por la imaginación, aquella en la que empiezo a definir que ha sido para mí esta vida. Nada fácil en realidad. Mi vida es una canción que no llega a escucharse bien. Es una película en blanco y negro con un final inconcluso. Es como una historia de amor que no llegó a tener un beso apasionado. Mi vida es, sin lugar a dudas, como esta metrópolis llena de gente. Como un libro que no fue impreso porque nadie creyó en que otros lo leerían. Es un reloj cuyas manecillas funcionan hacia atrás por capricho. Una fotografía que muestra lo que tú quieras ver en ella. Pero es también la incoherencia más grande que encontrarás. La sonrisa que resulta cuando ya todo está perdido siendo la antesala de un nuevo renacer. El eco que regresa para avisarte que no estás solo, que hay alguien lanzando tú mismo grito.


Tantas cosas han sido para mí esta existencia, que termino pensando en que probablemente no soy nada. Aunque también llego a sentir que lo soy todo. Te confieso creer la mayor parte del tiempo que en realidad soy igual que tú.