Fotografía obra de Mariangela Venutolo. Fuente Original: Flick
Quiero ir más allá de lo que
nunca fui, olvidar que tengo casa y pensar que mi hogar es el mundo entero.
Finalmente sentir que fui libre si muriese inesperadamente, que en ese estado recaiga mi mayor riqueza.
Acepto que a los soñadores no nos queda de otra sino conformarnos con las
sustancias que despliegan nuestras conciencias. Bueno, para este punto de mi
vida, solo de ellas quiero vivir, en lo que significan está el porqué de todo
esto.
Ahora mismo deseo volver a tener
entre mis manos todos esos sueños que almacené en la niñez, aquellos fragmentos
de mi imaginación que se quedaron a medio camino, las proyecciones hacia la
eternidad que duraron poco. Quiero recuperar todo eso y volver a sentir, abrir
los ojos para ver todo de otra forma. Entender que cada esfuerzo, por más
pequeño que sea, valdrá la pena porque será realizado de corazón. Tomarme un
café sin necesidad de pensar en si quedará para la mañana siguiente, solo
disfrutar el que aún tengo en la taza. Consagrar todo lo que escribo como el
cielo que me haga mirar hacia arriba. Que mi esperanza no decaiga por más
tristes que sean los acontecimientos, por más renuente que sea la pena, por más
difícil que se torne esta tormenta caótica que le tocó a mí invierno. Así soy y
entre este tipo de necesidades es que sobrevivo, porque quiero llegar a
realizarlas.
Por supuesto se incluye el amor,
el romance y los idílicos capítulos que este le puedan traer a la novela. Yo
que perseguí a mí amada entre las sombras de cada mediodía y las siluetas
oscuras de las madrugadas, puedo decir que es ella otra razón por la cual
persistir. Ahora puedo pasar todos mis momentos con el corazón tranquilo porque
su mano está tomando la mía, siendo sincera al confesarme sus defectos y
teniendo la valentía de aceptar los míos. Por eso le pido al destino que mi
chica se quede, que logremos algo más que cualquier historia común de
enamorados, una tan particular como lo somos nosotros. Darle a la luna un
motivo por el cual brillar un poco más. Serle fiel a nuestro destino
independiente sin dejar de estar unidos. Despertar dándonos cuenta de que no
estamos solos. Crecer gracias al otro. Esto es un amor distinto, uno que
aguarda muchos tramos de historia, uno que representa otra razón por la cual no
rendirme.
No importa volver a aceptar mis
miedos o mis continuos ataques de nervios hacia el acontecer zigzagueante, solo
interesa lo que yo desee hacer con todos esos trastos. Está a la vez este
entorno, este país incierto que no me deja dormir pero que también es mi más
grande sueño. Mi lucha también es por estas fronteras, por mi nación, por toda
su gente. Sobre todo por las casitas sin nombre de los cerros y colinas, a
todas esas a las que yo quisiera abrazar al mismo tiempo aunque parezca
imposible. No necesito entender completamente su realidad para intuir que debo
luchar por cambiarla. Quizás como un resultado más de esta personalidad
rebelde, de la herencia que me dieron los antepasados. Más que otro anhelo,
continuar es la única opción que me queda.
Toda esta declaración surge como
una aclaratoria a mí mismo, una que explique las razones de porqué seguir
sonriendo entre la incertidumbre. Pues bien, necesito por último jurarle
voluntad a lo que venga y lealtad a lo que soy. Ahora no tengo mucho más que
agregar, solo el hecho de que me siento más fuerte que nunca. Nada podría salir
mal siendo así.