El amor que se quedó


¿Te has puesto a pensar alguna vez qué pasará con el amor que se quedó? Ese que no es cualquier amor, sino uno en particular, el que se siente en las mejillas, en el estómago y en las ganas de viajar juntos. Un amor de verdad, quizás. ¿Qué pasará con él si aún está en las manos y en los ojos, pero sin ir a ningún lugar? Será que se transforma, que se muere o es capaz de continuar en otras vidas.

Me he puesto a pensar en eso, tal vez porque estoy en una edad incierta, sin ser joven, sin ser viejo, y encuentro cosas que se han quedado en el limbo también: sueños compartidos, chistes internos, chats de madrugada. Parecen pertenencias puestas al azar, aunque todas están atadas por un hilo rojo hasta el mismo lugar. Y de repente, de la nada llega un recuerdo en el que una conductora baja el vidrio y avisa: “hacen una bonita pareja”. Qué pasará con ese amor y qué pasará con la tristeza de saber que alguna vez fuimos muy felices.