-Canción de mayo-




Fotografía de Víctor Alfonso Ravago

La cosa comienza con una luz que se aproxima. No, la luz ya no parece acercarse, sino que es el bichito pequeñito el que se aproxima a ella. Cuando sale ni siquiera puede abrir los ojos, solo llora y llora o se queda quieto sin hacer nada. Cada partícula de su integridad es minúscula, delicada, débil e indefensa ante cualquier elemento extraño que quiera afectarle. Es bastante raro como funciona todo, pero desde un comienzo nos encontramos inseguros y desamparados acerca de dónde nos encontramos y ante la duda de que será lo que ocurrirá a continuación. Aún después de esperar un largo periodo de tiempo entre la oscuridad, la angustia no termina sino que apenas comienza. Un comienzo de angustia que en realidad es eterno y que permanecerá muy en el fondo de nuestra conciencia, clavado por el resto de nuestros días con vida.


Pasan los años y comenzamos a entender algunas cosas. Donde estamos y quienes somos parecen preguntas simples de contestar al principio en la mayoría de los casos. Aun así, en otros tales incógnitas nunca llegan a ser saciadas completamente y es como si el individuo se sintiese inseguro incluso de estar vivo. Creo que nadie puede llegar a definir con plena y total exactitud la palabra Vida. Éste es un término ligado a lo amplio y extenso que va más allá del infinito. Sin embargo los hombres tratamos de darle una descripción exacta porque lo inconcluso termina por convertirse en miedo. 

El villano en toda la historia tiende a cambiar según la persona, éste siempre está presente y hasta el final persigue a su víctima intentando atraparla. Mi villano soy yo mismo, el único que realmente puede romper con el continuar de lo que hasta ahora desempeño. Aparte del malo de la película, existen otros detalles que van volviéndose parte del desarrollo de las personas. Todos estamos esperando algo, siempre a la expectativa de que llegue lo más pronto posible y sin reparar en que gracias a ese anhelo es que en nuestros días se adquiere esperanza que, a la vez, produce ganas de seguir existiendo. Puede ser la llegada de un acontecimiento que nos marque de alguna manera, la ilusión de encontrar el verdadero amor o de continuar cada momento al lado de la persona amada, algo pequeño y pasajero, algo grande y trascendental. Esperar incluso poder mirar un atardecer mientras saboreamos un chocolate caliente nos inspira a mantenernos en este mundo. Una vez más me confieso y en mi mente lo único que espero es poder seguir sintiendo aventuras junto a la gente a la que quiero. Vivir en sí mismo es una odisea eterna, compleja y siempre cambiante. La lucha es el último elemento que continuará siendo parte constante en nuestros aconteceres. Porque siempre intentaremos lograr algo, alcanzar algún trofeo reluciente desde un pedestal. Descubrir (después de mucho combatir y de vivir cosas increíbles) si ha valido la pena todo, es algo tan propio del Ser como su esencia, la forma de su firma o como ya dije, su villano propio.


Con esta canción incoherente creo haber dado mi opinión acerca de que el camino inicia y concluye siempre atado a otras cosas. Puedo seguir el molde de lo establecido desde siempre, o puedo intentar hacer las cosas un poco más divertidas durante el tiempo en el que aún somos tú y yo parte de los que caminan por las calles.