Fotografía de Víctor Alfonso Ravago
Así como soy,
sin intentar frenar el
impulso que se genere,
queriendo soñar hasta
sin querer hacerlo.
¿No tiene sentido?
Entonces te doy la bienvenida a mi mundo.
***
Preferiría morir para
conocer mucha gente,
porque quizás los
difuntos son más amigables que los vivos.
Preferiría renacer en
otro planeta,
porque los
extraterrestres deben tener mejores conversaciones que mantener.
***
En cualquier tarde
cercada de recuerdos,
sin desear que alguna
lágrima se cuele.
Siento lo que siento
para ser mejor.
Veo lo que veo para
llegar a viejo con historias nítidas que contar.
***
Cantando melodías
alegres de un grupo ya olvidado
descubrí
que respirar no vale la pena si no se hace sonriendo.
De la misma forma
extraña y al azar,
entendí que las cosas
pequeñas poseen mayor belleza.
***
Mi pan de cada día son
las vivencias bonitas.
Aquellas que se
cristalizan en la memoria,
que están acompañadas
de un suspiro de nostalgia memorable
y que hacen palpitar
al corazón de las emociones.
***
Tengo un bolívar
fuerte en mi bolsillo.
Tengo esperanza
carcomida en el otro.
Tengo lo que tuve
desde el principio de la nada.
Solo sé que tengo
arriba el cielo para volar pero sin despegarme del piso.
***
De manera directa y
clara,
comprendo que ya no se
puede luchar más.
La espada se quedó sin
filo, el escudo está roto,
los soldados ya
agotaron las reservas de valor.
***
Por eso es que ya
fabriqué una canoa,
tan pequeña que no
llega a ser curiara pero que resistirá nuestros anhelos.
Aquellos que guardé en
un baúl desde hace rato
junto a nuestra foto
en el parque.
***
Entre cafés un poco
dulces, miradas fugaces,
espejos opacos,
cámaras sin memoria, zapatos desgastados,
cervezas esfumadas
entre risas o lamentos, entre todo eso,
acepto que lo que gira
no es el mundo sino nuestras ilusiones en él.
***
Miro de reojo el reloj
de mi muñeca inerte,
todo para no voltear
cuando me estoy yendo.
Sin querer incluso
moldeamos la historia,
aquella que no es
perfecta, simplemente es nuestra.
***
Y en mi delirio bien
disimulado por las palabras que evoco,
te invito a esa playa
que aún no hemos olvidado.
Seamos diferentes
aunque seamos iguales.
Evitemos pensar en
esta realidad absurda que los “fulanos” inventaron.
***
Una estrella compraré
en la bodega.
Un sistema solar
encontraré en algún porrón.
Una galaxia descubriré
en alguna nube o algún árbol.
En tus ojos, en esos
que guardan tu verdad, construiré una casa.
***
Por incoherencias
razonables, muertes vivas,
Lamentaciones alegres,
soñadores despiertos,
Magias científicas y
romances que no se olvidan.
Por todo eso apenas y
te susurro: Hola…