Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots
Luego de que logras entender que
este momento es único e inigualable, pasas a pensar en la realidad de que también
es trascendental. Me refiero a que todo lo que se efectué en este momento
conllevará a una reacción que sustituirá lo anterior. Abro esta nueva cuestión bajo ese principio
porque hablaré sobre Arte, aquel elemento escondido entre tantos parpados de
soñadores inagotables. Admito no saber cómo desarrollar algo como esto, la esencia
artística ha sido un elemento indispensable en el desarrollo de la humanidad,
por tanto, no comprende unas pocas líneas, sino todas las que se puedan crear. Creo
sin embargo que puedo hablar de algunos de los elementos que considero, han
causado en mí gran influencia durante el transcurso de mi vida:
*La música libera:
Puede hacernos ascender a las alturas mediante
un compás o descender por alguna tonada triste. Sin lugar a dudas, la música
puede situarse entre ese conjunto de cosas que no se desvanece a pesar del
tiempo y las modificaciones que éste otorga en otras situaciones. Aunque parezca
que esto si es así, la realidad es que en esencia continúa siendo el mismo tipo
de expresión aquella realizada hace muchos años a la que apenas hoy se termina
de componer. No solo permite que aquel que la reproduzca moldee una verdadera
escultura sonora, sino que induce al público
a experimentar dicha fuerza de igual manera. Una canción te emociona, te
inspira e impulsa; se convierte incluso, en un confidente durante vivencias
menos alegres. Existimos personas tan apasionadas al milagro producido por la
música, que no podemos vivir sin ella, pues simplemente, la vida llegaría a
perder valor. No solo nos transforma, sino que nos hace crecer y cambiar
nuestra concepción del mundo. Gracias a los que cada día dirigen su don hacia
la creación de nuevas melodías.
*La fotografía inmortaliza:
Cuando tenía ocho años me
regalaron mi primera cámara y apenas a esa edad pude entender que el acto de capturar
una imagen mediante su uso era increíble. En sí mismo puede ser algo
insignificante, excepto para aquel que quiera ver aquello que esté más allá de
lo superficial, allí reside la verdadera belleza de una fotografía.
Curiosamente mi destino siempre ha estado ligado a estas imágenes, ellas han
ejercido infinidad de efectos particulares en mí, por la vivencia misma que
evoco al mirarlas. En realidad han sido demasiados los días en los que el
pasado vuelve a mí mientras admiro alguna foto; ellas pasan a ser guardianes de
recuerdos, permitiéndoles no morir jamás. Hay un álbum que continúe todas y
cada una de las imágenes que hemos tomado en nuestra vida y es nuestra
conciencia. Pienso que las fotografías son en realidad objetos de carácter mundial,
por eso traspasan fronteras sin que importen razas, culturas o ideologías. Son
una prueba verídica de que hay un lenguaje global que va más allá de lo
tangible y que recae en el sentimiento hacia el retrato mismo.
*La literatura es un universo:
Yo mismo intento constantemente crear un nuevo
cosmos mediante varios papeles y un bolígrafo. Entonces puedo definir a este
fenómeno humano como creación pura, ya que logra desarrollar con exactitud
cualquier cosa mediante el uso de la imaginación del Ser. Más
sorprendentemente, permite que otros conozcan y sientan el sentido de aquello
que está escrito. Traspasa sentimientos, ideas, percepciones del mundo, en fin,
todo aquello que nos hace individuos sensibles es capaz de plasmarse con
palabras. Una vez un gran hombre me dijo: «todo acto escrito es
ya un prodigio de invención», ahora que repito esa oración puedo reiterar su
aseveración, definitivamente todo lo que salga del lenguaje merece ser leído
por el simple hecho de existir. Así el mensaje carezca de iluminación, puede
despertar en aquel que lo lea una fuerza increíble. En mi caso, escribir me
salvó, me llevó a pensar que podía hacer algo que fuese más allá de lo común. Aunque
aún no se si lo he logrado, puedo
proclamarme hoy como un hombre feliz. Lograr moldear una existencia entera a través
de garabatos codificados, es para mí la cosa más bonita que haya podido ejercer.
Por eso hasta el final de mis días, escribir será un placer.
Luego de haberle
dedicado este recuento a estos tres elementos que hacen parte de mi día a día,
puedo dar una última conclusión de forma general: sin importar la naturaleza de
sí misma, cada forma de expresión comparte vida a aquel que la percibe. Ya sea
escuchando, viendo, experimentando una lectura, nuestra imaginación siempre se expandirá
a límites insospechados debido a la estética de cada ente. Solo me resta sonreír
complacido porque aún en estos tiempos en los que lo digital es lo principal,
nadie olvida experimentar la majestuosidad del arte por más mínima que sea la forma
en la que ésta se desenvuelva.