Fotografía obra de VARL Photography.
Hay cierto tipo de eventos que se
muestran realmente particulares entre todos los que podríamos llegar a
experimentar, sobre todo por el efecto que tienen en nuestro Ser. Algunas veces
estos se ven evidenciados en momentos difíciles llenos de desasosiego, como si
el espíritu solo fuese una vasija de pena. Sin embargo, también está presente esa
reunión de elementos que significan alegría para nuestra vida; por ellos es que
continuamos en este teatro. Sean buenos o malos, esos segmentos, se mantendrá
inmutable a cualquier objeción que esta vida es realmente muy corta. Eso lo
hace pensar a uno en lo que representa existencia propia y en si se está satisfecho
con lo que ésta es hasta el momento. He allí el dilema.
En mi caso (siempre un poco
distinto y, al mismo tiempo, tan común como cualquier otro), nunca me ha
gustado ser fatalista, siempre he intentado por lo tanto disfrutar de cuanto
detalle exista alrededor. Entiendo también que no vale la pena vivir del
pasado, que es mejor dar todo lo que podamos al presente; que a pesar de las
magnitudes de la tragedia, uno debe continuar siendo el héroe; que hay cosas
buenas por las cuales luchar; que todo resulta como mejor debe. También
comprendo que la vida será para uno lo que uno quiera que sea y que, a pesar de
que me pierda entre mis propios laberintos, solo yo podré encontrar la salida
de estos.
Estoy seguro de que no hay muchas
palabras de aliento ante diversas situaciones debido a su complejidad, sin
embargo, quiero que sepas que no estás solo, que tampoco eres el único que
enfrenta quimeras. Entonces concéntrate en lo que dije al principio, en lo
breve que en realidad es esta existencia. A veces necesitamos motivaciones como
esas para poder entender que la importancia de la vida reside en, valga la
redundancia, vivirla.
Hay mucho de qué hablar, muchas
noches que sentir, mediodías que anhelar, infinidad de fechas para guardar una
memoria. Por eso no se podrá dar una conclusión absoluta para todos los casos
que podrían resultar, solo queda creer en uno mismo. Quiero que también pienses
en eso, que lo hagas con mucha fuerza.
Para culminar estas palabras que
escribo deseando que lleguen hasta alguien que pueda necesitarlas, quiero
simplemente decirte que, aunque tú también llegues a perderte, nunca dejes de
apreciar los detalles, de sentir con plenitud y de sonreír con verdadera
alegría en dicho acto. Puede que lleguen a pasarte muchas cosas, pero a pesar
de todo debes recordar siempre lo que ya te he dicho: esta vida es muy cortica.