Fotografía obra de VARL Photography.
Acepto que no siempre actúo como
humano, soy de esas personas que terminan con orejas puntiagudas al intentar ser
elfos. Pero es que creo que así las cosas se tornan un poco más emocionantes,
por lo menos logro sentirme diferente cuando la realidad busca consumirme.
Continúo viendo como afuera se crean y destruyen cosas, al parecer esa es la
naturaleza de todo. Yo solo miro lo que pasa, para luego venir hasta este lugar
e intentar escribir. Los días son a veces como estrellas fugaces y la única forma
de capturar su esencia es a través de fotografías. Las canciones que me hacen sentir,
que me incitan a un mundo marcado por la pulsación del bajo agitando las venas.
Entonces la ciudad se viste de
sonidos de fiesta cuando es viernes por la noche, de tan magnifico acto yo también
soy testigo. En fin, ya de eso he hablado muchas veces. Esto se trata de los mensajes
mentales que se van acumulando durante las madrugadas. Se trata de una sociedad
que juntos necesitamos salvar, de sueños que hacer realidad y felicidad que
conseguir. Hablo como si supiese algo, cuando en realidad siempre admito no
conocer nada. Pero es que no se necesita saber mucho, simplemente hay que tener
un poco de instinto, hay que seguir los dictados más ínfimos de nuestro corazón.
Puede sonar ingenuo, no importa en realidad. Somos una nueva generación, las
cosas no tienen porque a salir mal.
También me gusta caminar por las
calles de mi barrio cuando hace frio, entender secretos aunque su verdad haya
sido evidente, comer un chocolate evitando las ganas de llorar. Es que a veces
a mí también (como a muchos) me pasa, me descubro inmerso en los pasillos más
intrincados de este laberinto al que algún otro fulano decidió llamar vida.
Pero no todo es fatalidad, siempre que volteo un momento para mirar atrás, descubro
la mayor de las recompensas: todo ha tenido sentido. ¿De qué forma? Ni siquiera
yo podría decirlo concretamente. En realidad sigo sin tener nada, sin alcanzar
por lo menos el vestigio de algo. Nada de eso importa, continúo con la voluntad
con la que arranqué al principio. Bueno, eso ya es poseer algo.
Esta juventud tan compleja, tan
llena de idas y venidas, tan inusual como encantadora. Es la muestra de que las
aventuras realmente existen. No te miento, a veces me cansa vivir del resultado
de los actos realizados por las generaciones pasadas. Entiendo que lo único que
realmente me queda es intentar cambiar las cosas. Para eso quizás venimos al
mundo, para intentar moldearlo, nunca para adaptarnos a él. Estoy siendo muy
soñador, lo sé, de todas formas esa siempre ha sido mi propia naturaleza.
El fin de todas estas palabras desordenadas
no es para nada evidente. Lo que si quisiera decir en este final tan poco
teatral, es que no habrá mejor momento para creer que éste en el que aún se
respira. Si bien podría acabar nuestro pequeño mundo en cualquier momento,
siempre existirá la esperanza de poder reinventarlo. Quizás un poco de optimismo
sea necesario para todo lo demás. Por ahora continuaré siendo un coleccionista
de paisajes, por ahora continuaré intentando hacer feliz a esas personas que también
me hacen feliz a mí. Todo dependerá de con que filtro quieres ver la vida, yo
te recomiendo que sea uno de tonalidades claras.