Fotografía obra de Alberto Rojas. Fuente Original: Caracas Shots
Está
comenzando una nueva etapa, puedo sentirlo, no tengo pruebas de ello, pero
puedo sentirlo. De nuevo sentado, pero esta vez tecleando estos cuadraditos
planos con la misma emoción que probablemente habrá sentido Homero al escribir
sus poemas. Algo hay de distinto en mí y por fin puedo notarlo. Podría ser que
así somos las personas, intentando ver cosas grandes en donde quizás las hay
muy pequeñas. Tal vez también ocurra que mi imaginación está intentando
inducirme a una nueva ilusión lejana a esta realidad. Lo único que realmente
tengo claro es que aquí estoy, sonriendo y con la certeza particular de que
grandes acontecimientos vendrán próximamente.
También podría tratarse de un simple capricho, de algo a lo que quiero
aferrarme para evitar entrar en caos al no tener en qué creer… Pero por alguna
razón prefiero tener presente que algo mejor está por llegar, que el destino
prepara buenas cosas para este tramo que está comenzando. Mucho que hacer aún,
momentos que coleccionar. Por un lado algunas nubes grises siguen en el cielo,
solo que ahora lo entiendo: ellas nunca se irán. No importa que puedan
representar los instantes desafortunados en nuestra vida, lo que importa es lo
que somos delante de ellos. Continúo con mis sueños más profundos, esos que me
hacen enloquecer de vez en cuando por la emoción de lograr realizarlos. Soy
normal, tanto que a veces miro las estrellas y no puedo evitar querer tocarlas.
Volviendo al asunto de los nuevos comienzos y de lo particular que este
es, hace un año y un día que resultó una razón primera muy distinta a la que
ocurre ahora. En aquel tiempo solo pensaba en continuar adelante, ahora
entiendo que quiero hacerlo por las causas del corazón. Está este amor que
crece como un arbolito, esta ciudad que me inspira a luchar por ella, la
voluntad de generaciones pasadas dándome fuerzas. También se encuentra todo
este Arte que me da vueltas, que me incita a buscar lo que no puedo encontrar
fácilmente. Y aquí sigo, volviendo a sonreír como un niño por este
presentimiento que me llena de alegría, sintiendo que la vida no puede ser
mejor. Esto era solo una confesión, siéntete libre de aprovechar las nuevas
etapas que te llegan, disfrútalas, aprovéchalas, o simplemente continúa viviendo,
pero siempre alegre. Todo saldrá bien a partir de este momento, las letras no
dejaran de escribirse. Acompáñame en esta aventura.