Fotografía obra de Víctor Alfonso Ravago.
Lo que sucede, lo que se vuelve
cotidiano, lo que se hace porque se quiere y lo que se impone, el tiempo y el
espacio de este país caribeño; entre todo eso y lo demás, continúan estando los
anhelos más anhelados. Esto es otro recordatorio para ti, como esos que siempre
te hago sin que me lo pidas. Lo sé, soy fastidioso por naturaleza, pero me
gusta decirte varias veces lo mismo por si acaso lo olvidas. Entonces sí, los
anhelos, esos bichitos que se hacen grandes en nuestro interior y que terminan
por causar ese efecto en nosotros también. Son maravillosas evocaciones en
busca de realización, por eso su belleza propia, por eso el hecho de que nos generen
alegría con tan solo pensarlos.
Mis deseos por ejemplo continúan
como lucecitas suspendidas en el aire mientras que todo alrededor es oscuridad.
Por eso me guían como señales para que no me pierda entre la incertidumbre. Como
muestra de toda la confianza que te tengo, quiero incluso nombrarte algunas de
mis querencias más relucientes. Como esa de lograr ver atardeceres grises
tomando un chocolate, o aquella de disfrutar un té frío cuando el mediodía
parece querer calentar mis ideas. Caminar por las calles de mi barrio cuando estas
por fin hayan renacido y puedan volver a estar pobladas otra vez. Que no haya más
silencios que desgarren mi garganta. Entender los significados de la brisa, el
parpadear de las estrellas, los sentidos de las hojas de los arboles al caer. Apreciar
los detalles que esta vida lanza, esos retazos minúsculos. Que me alcancen los días
para generar historias en la red de la eternidad. Disfrutar ese placer de
sostenerle la mano a mi chica y hacerla reír. Ya sabes, ese tipo de cosas que
hacen brillar ojos y sonreír tontamente.
Claro que mis anhelos son simples,
sin mucho papeleo, pero tan míos como esta determinación que mantengo para
llevarlos a cabo. Solo te queda a ti preguntarte que quieres, lo que esperas y
deseas con todas las ansias de tu corazón palpitante. No te contengas más, sal
y busca aquello que desvele tus noches y llene de emoción tus mañanas.
Mientras tanto yo continuaré buscando lo mismo, con la espereza de encontrarlos
pronto. Lleva contigo este memorándum, y que tus anhelos anhelantes
resplandezcan más que nunca en tu conciencia.