Fotografía obra de VARL Photography.
De la necesidad de crear, de
elaborar universos enteros a través de nuestras propias manos, de ser
arquitectos de destinos increíbles; de eso precisamente dependemos. Nacimos y
crecimos en un tiempo complejo dentro de un espacio particular. Henos aquí,
intentando cosas entre complicados sistemas establecidos, entre mecanismos
complejos que no entendemos si quiera. Pero el deseo por desarrollar cosas
aparece inmutable dentro de nuestra condición mortal. Hay que crear, ese es el
único lema posible dentro de esta historia.
Nadie quiere quedarse inerte, al
contrario, todos procuran vibrar ante la intensidad del segundo que corre.
Porque ya no interesan otras odiseas que no sean las propuestas por la libertad
de nuestros espíritus. Así somos, tan independientes como esa naturaleza que
nos llama cuando estamos más inmersos que nunca en nuestras ciudades,
avisándonos que no debemos olvidar nuestras raíces. Crear ideas que nos hagan
temblar por la emoción de hacerlas realidad. Crear sueños que no nos permitan
despertar de su hechizo. Crear días que no dejen de ser noches. Y así perdernos
en nosotros mismos, en nuestra necesidad propia por generar inéditos proyectos
con miras al infinito. Está en la esencia de nuestra entereza.
Entonces no te sientas mal ni
bajes la cabeza por los posibles vacíos que encuentres. Entiende más bien que
debes centrar tus fuerzas en dirección al génesis constante. El hecho de que en
algún punto no llegue a haber nada te da la posibilidad única e inigualable de
lograr todo. Y puede ser cualquier cosa, no importa de qué se trate. Yo por
ejemplo, continúo intentando desarrollar el diseño de mis ilusiones a través de
estas letras que brotan de los dedos. Es un ejemplo nada más.
Realmente tenemos insomnio por
tantos deseos detrás de los parpados. Eso es parte de nuestra generación
incandescente que no quiere dormir, que solo despierta encuentra oportunidades.
Afuera permanece ese nuevo mundo, aquel sin paredes que nos contengan, sin
techos que no nos dejen volar. Alcanzar dicho anhelo se torna vital. Se torna
incluso como una ilusión perpetua, pero sin que seamos ilusos. Al contrario,
somos tan realistas en cuanto a nuestros ideales que es por ello que sabemos
que lograremos cada uno.
Por último solo quiero que tú
también pienses en eso que intenté gritarte con esto. Que tú también construyas
edificios altos desde los cuales tener bonitas vistas. Que des respuesta a tus
interrogantes en cuanto al tema de lo que deseas en esta vida, salgas de ti
mismo y vayas a conseguirlos. Que me creas cuando te digo que no hay mejor
momento para alcanzar cualquier cosa que ahora mismo. Que crees desde el cero
hasta el infinito, y que este último sea tu límite.