Fotografía obra de VARL Audiovisual
Hoy cumplo más años de los que
realmente cumplo. Según la cédula son 23, como Jordan, aunque haya nacido viejo,
como Benjamín, y aún tenga la misma cara de adolescente y los mismos 57 kilos
de siempre. Llego a un punto indefinido, no sé si he logrado mucho o muy
poco todavía. Sé que he sido feliz varias veces, también he podido estar tranquilo, tener paz, aprender y buscar lo que he querido. De lo malo no quiero
hablar ahora. Los recuerdos me caen encima como hojas secas y yo sigo debajo del árbol. Lo que soy, lo que tengo. Mis amigos, mi familia, mi ciudad y país. Mis despedidas, mis promesas. Mis
cafés al alba, mis cigarrillos olvidados. Los post, las acuarelas, los vídeos,
las poesías, las actuaciones (en teatro, en cortos), las entrevistas, los fanzines, las reseñas, los boletines, las
notas de prensa; las antologías de un guayanés, las vivencias acumuladas y
regulares locuras, los cuadernos que huelen a polvo, el Dante Merino; tanto de
eso soy ahora, y aun así todo me parece ajeno. Como si lo hubiese vivido
otro, como si todo fuese realidad virtual.
Y tanto más. Lo que vendrá, que seguramente será vertiginoso. No
puedo evitar sentir algo más que la simple sensación de un cumpleaños cuando llega el 11 de mayo.
No es soplar velas ni recibir “FC J”
en redes sociales. Este día es la apertura a una nueva vida porque ayer morí
tirado en el colchón de la cama. O tal vez, solo estoy exagerando. O tal vez
solo quiera dejar un registro en esta página que ya está perdida desde el
momento en que se escribe.
Ahora que escucho tu risa en la
oscuridad nocturna, solo quisiera teletransportarme hasta donde estás y
encontrarte por el olor de las flores estampadas en tus vestidos o el haz de luz que dejan tus Stan Smith blancos y
relucientes. Para este día (que se supone es de regalos), tú solo debes guardarme tus abrazos, tus besos de
piquito y caricias desde el asiento de atrás del taxi. Me los darás muy pronto, yo te guardaré torta de cacao, una de mis cervezas preferidas y todo este amor que es tuyo.
Mientras tanto, mientras siempre,
mientras todo, hoy enarbolo un escalón más. Que si me siento viejo, sí me
siento viejo, pero aún me quedan varias vidas dentro de esta. Muchas cosas por
hacer y sueños por cumplir. Así será.